domingo, agosto 29, 2004

Cualquier tiempo pasado...

Me he estado acordando de unas cosas mientras estaba en el bar. Me acordé gracias a una de esas canciones que te recuerdan tantas cosas que te pasan cuando tienes "la fiebre" por esa canción. Vamos, que todo el mundo una canción le recuerda a una época de su vida, a esas vacaciones inolvidables, a unos momentos precisos, a una persona en concreto... El caso es que me recordó los tiempo de cuando era mozo, y jugaba al handball. Para los que no seais bilingües como las serpientes, os diré que significa balonmano, no "manogrande" como alguno me llegó a decir.
Pues sí, aquí el tonto jugó a balonmano, y durante 12 años. Casi nada. Mejor o peor el caso es que me lo he pasado muy bien en esa faceta, en esa diversión. Son muchísimos los recuerdos que puedo sacar de toda ese tiempo, entre otras, los amigos que ahora tengo. No todos, la gran mayoría de mis amigos los he conocido jugando a balonmano y desde que nos juntamos, no nos hemos separado. Para bien o para mal, así es. Pero bueno, ya hablaré otro día en el programa de "De donde conoces a tus amigos". De lo que yo me he estado acordando es de todos los partidos en sí, y no de los pre- y post- partidos que esos también tienen tela. Calvos a diestro y siniestro a conductores inocentes, sisada de comida a los "simango nocompro" (Simago) cercanos al sitio donde jugásemos, putadas al que se durmiera en el autobús, ... Y sí, también tuvimos más que palabras con algún equipo. Pero eso, también merecería otro post a parte para poder llegar a explicar algunas de todas las que hay, porque en 10 años, se consiguen bastantes anécdotas.
El caso es que me acordé de partidos tan inolvidables como uno de Aranjuez, que a 10 minutos del final de partido perdíamos de 7 y al final lo ganamos de 2. Claro, con polémica incluida. Partido con Aranjuez es sinónimo de partido calentito. Había "yoyas" por ambos bandos, pero nosotros siempre fuimos los más piyos y dábamos más de las que se veían. El caso es que nuestro portero se cargó (literalmente) a uno de los suyos en un contrataque. Yo, gracias a la ineptitud de uno de sus mejores jugadores, conseguí que le sacaran tarjeta roja mediante un pequeño empujón y mi ayuda con mi otra faceta del teatro. Entre tanto, grada llena diciéndonos de todo porque veían que les quitábamos el partido. Nosotros ante tal ataque, sólo podíamos dedicarle cada gol de la remontada. El caso es que al final, después de ganar, tuvo que entrar nuestro autobús hasta el pabellón, y salir por la puerta de atrás porque el ambiente no estaba como para salir andando y por la puerta delantera. Después de ese partido, cada vez que jugábamos contra Aranjuez, siempre había lio.
Pero no todos los partidos eran rifirafes. Otro de los partidos que llevaré siempre dentro es uno que sólo éramos 5 (juegan 7), y no teníamos ni entrenador. Vamos, un desastre. El caso es que al final, sólo perdimos de 5 goles. Salímos como si hubiésemos ganado estaba claro.
Otro partido en el que estábamos muy igualados y nosotros éramos 8 nada más, con lo que sólo teníamos un recambio. Ellos eran unos cuantos más. No teníamos entrenador, con lo que yo y un compañero tomamos las riendas del equipo como capitanes que éramos. El caso es que perdíamos de uno a falta de un minuto escaso para terminar el partido. Atacando ellos, corté un pase y en contrataque (salgo yo corriendo solo, con todo su equipo detrás tratando de alcanzarme) marco el gol del empate. Al volver hacia mi campo para ir a defender, veo que van a sacar rápido desde centro, para tratar de ganar. Al sacar, me anticipo y el que saca, me la da a mi directamente ante la cara de tonto del resto de jugadores, otro contrataque, y gol. Vuelvo de nuevo hacia mi campo, pero esta vez no me dejan robarles el balón y esperan a que esté en mi campo. Justo cuando el árbitro pita el final. Recuerdo que caí rendido porque con esos dos contrataques, me dí 80 metros de sprint después de los 60 muinutos del partido pero valieron como para ganar el partido. Uno de los días más felices de mi vida.
Otro día que tampoco olvidaré fué cuando al día siguiente de mi único pedo de mi vida, tuvimos que jugar contra El Pardo a las 9 de la mañana. El caso es que gracias a uno, ahora uno de mis mejores amigos, un viernes, día de mi cumpleaños, me la pillé gorda gorda. Al partido iba... borracho, porque aún ni se asomaba la resaca. Me duché antes, durante, y después del partido. Me bebí medio Canal de Isabel II. Y para colmo, mi entrenador me sacó todo el partido. No descansé ni un segundo. Resultado final: Iplacea (nosotros)30 y pico - El Pardo 4. Inolvidable el partido que nos salió y más quedando en su casa 25-27 abajo.
Aunque también tengo recuerdos de malos partidos, como uno en que nos jugábamos la segunda posición de la clasificación, y con ello el poder luchar por subir a 1ª división. Lo intentamos, pero no pudimos. Perdimos de uno y con el partido, nuestras esperanzas de poder subir en el que para algunos, sabíamos que era nuestro último partido porque gracias a una perfecta directiva, ese año nos retirábamos muchas personas que subíamos a la categoría de "Senior". Fué en el primer y único partido que lloré al acabar.
Son muchos los partidos que podría seguir recordando, que de hecho lo hago, pero no los pongo porque ya nos pasamos. El caso es que gracias a todos esos partidos, a esa afición que tenía por ese deporte, encontré grandes amigos que sigo conservando. Con ellos recuerdo todos esto partidos cuando nos ponemos melancólicos. Recordábamos para el caso, los mejores años de nuestra vida, o al menos para mi. Y aunque el pasado, pasado es, siempre te consigue sacar de malas rachas, y te saca una sonrisa. Que eso para mi es muy valioso, pero yo ya sabeis, yo.... soy tonto.

Un saludo.


(Escuchando: Fran Perea - Nada.)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre me ha gustao escuchar, pero sobretodo me gusta ver a unos amigos contar este tipo de anecdotas, pero lo que más me gusta es ver como se parten de risa mientras las cuentan y como se cortan el uno al otro para contar la mejor parte o la más graciosa, me gusta más verles disfrutar que las historias que cuenta. Es genial. A ver si nos vemos y me cuentas esas historias para verte la cara :P. Besitos wapo. Wave