Pequeña madrugada para ir a ver Covadonga y sus lagos, pero con quedamos a medias puesto que la carretera a los lagos está cerrada por la nieve. Algo malo tiene que tener. El caso es que mañana trataremos de subir a ver si tenemos suerte y los conseguimos ver. Al menos nos queda el consuelo de que hemos podido ver la basílica y la cueva o semicueva santa donde está la virgen. Lo que más me ha impactado sin duda es su situación. En plena pared de la... "pared", valga la redun rebun remundacia o como sea. La montaña hace como que la base es más pequeña que la cima y eso acojona cuando estás justo debajo mirándolo.
Nuestro siguiente destino, el mini zoo de La Grandera. nueva visita frustrada, más si cabe por no saber el por qué. Supuestamente está cerrado el mes de febrero, y me da a mi que lo estarán alargando para evitar currar de nuevo :-).
Decidimos entonces ir a casa para poder comer y salir a ver si conseguimos por la tarde subir a Buelnes en su Funicular (teleférico). Desde allí parece ser que hay unas vistas preciosas. Y no lo dudo, puesto que ese pueblo está dentro de los picos de europa en sí y las vistas de todas las montañas nevadas tiene que ser una pasada. Vamos, que se parecerá bastante al mirador de Fito. Pero, como no, no podemos subir. Mª Eugenia nos avisó cuando íbamos a salir que nos iba a ser tontería puesto que el último tren era a las 6 y algo, y eran las 4 y mucho casi 5 cuando salíamos hacia allá. Así que fuimos a hacer la otra parte que teníamos pensado mirar. Arenas de Cabrales y su museo del queso. Cerrado porque ahora sólo abren los domingos. Empiezo a fliparlo con toda esta gente. Sé que a nadie le mola currar, pero aquí se pasan :D.
Así que decidimos dar un paseo por el mismo Arenas para comprar alguna cosilla y luego nos dirigimos a ver la Salmonera de Caño. Un sitio precioso. Un rio en plena montaña con muchos rápidos y una cascada por donde suben los salmones para desobar. No vimos ninguno, pero da igual, el sitio merece la pena de todos los modos.
Cuando terminamos, al pasar por Cangas decidimos inteligentemente comprar unas botellas de sidra de la tierra y un vaso para poder escarciarla. Paso número uno para cuando quieras beber sidra: Asegúrate de tener un abrecorchos en tu casa con el que poder abrir las botellas. A nadie se nos ocurrió y la sidra está esperando en la nevera para mañana ser bebida.
Una vez ya en casa, llamo a mi madre para despreocuparla al menos durante los próximos 2 ó 3 días y me entero de que el bar donde curro ha sufrido una pequeña-gran inundación. Hasta que no lo vea no puedo decir la magnitud de la misma, pero parece ser que pequeña no ha sido. Si es que no me puedo ir. Me voy y pasa lo que pasa.
Bueno, qué se le va a hacer. Cuando regrese el domingo miraremos a ver que me toca hacer. Que seguro que me toca. Ahora nos dedicaremos a hacernos unas hamburguesas y pronto para la cama que estoy reventado.
Un beso, y hasta la próxima.
(Escuchando: Javier De Torres con Quique Gonzalez - Nadie encuentra lo que sea.)
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