Hoy me ha venido la vena trascendental. Después de un día que no ha sido para nada ajetreado, todo lo contrario, un día de lo más tranquilo, que aunque he currado, la siesta de momento es el gran tesoro de la sociedad española, con lo que se aparca el tesoro por escelencia como es el bar. Pero tal vez hablar con una amiga con la que no tenía contacto desde hace ya tiempo, que tal vez no le vayan las cosas como se las merezca, me dió cosas que pensar. ¿Hasta qué punto somos dueños de nuestra vida? Es una pregunta que toda persona que está ocupada de verdad se lo llega a pensar.
A veces pienso que son los ministros los que controlan nuestra vida. Crean títulos académicos para que tengas que pasarte una parte de tu vida entre libros, que de lo que te enseñan, el 25% es lo que realmente te sirve para trabajar. Si llega a ese porcentaje. A veces me da la sensación que los únicos que controlan mi vida son los empresarios que son los que nos proporcionan el dinero con el que comemos. No puedes revocar sus decisiones puesto que depende tu pan de ello. A veces creo que quien controla nuestra vida es la persona a la que amas. Uno se ciega tanto de la persona a la que amas que no conseguimos vivir nuestra vida, si no la que nos da esa persona. A veces es la sociedad quien controla mi vida. No haces muchas cosas que nadie hace porque no es lo "normal" para la sociedad.
Pero claro, a veces pienso que soy yo quien quiere estudiar esos títulos porque lo que me enseñan me gusta tanto que quiero saber más. A veces me da la sensación de que soy yo quien quiere ese trabajo porque aunque no sea lo que me guste, te pagan bien. O todo lo contrario, que cobrando poco es algo que te gusta demasiado. A veces creo que soy yo quien decide vivir la vida con esa persona que es tan importante para ti, que es la persona que te completa, que es la persona que te da la vida realmente. A veces es la sociedad que, con acertada o no experiencia, te da el consejo para actuar de una u otra manera. Son demasiadas rayadas que tiene uno cuando tiene demasiado tiempo para pensar en los trayectos a los centros de trabajo. Hoy no quería rayarme, pero mejor ahora, que no la semana que viene, que estaré de vacaciones.
Me cambiaron los planes, en vez de a Barbate, me voy a Guardamar. Pero da igual, el caso es salir de esta rutina. Salir para no preocuparme de si está todo bien para poder abrir el bar. Salir para no tener que estar pegado al teléfono, no vaya a ser que me quede esteril. Salir para que lo único en que tenga que pensar sea en si me pongo pantalón largo o corto. Bañador o pantalón normal.... En tonterías vamos.
Sólo espero que estos días que llegan, sean para guardar como los mejores que he tenido.
Un saludo.
(Escuchando: Bebe - Siempre me quedará.)
domingo, julio 04, 2004
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