viernes, febrero 04, 2005

Los ojos engañan.

Hoy, esperando el tren en Coslada que me llevaría a Alcalá, y por consecuencia, a mi casa, tras una pequeña rayada de coco, me di cuenta de algo que es tán importante a como imperceptible.

La situación es la siguitente. Estoy en el andén a la altura de la cabina del tren cuando para y a mi derecha tengo a toda la gente que está esperando a que el tren llegue a la estación. El caso, es que la mayoría de esta gente es extrangera. Algo completamente normal y que se ve todos los días. Pero entonces me comí la cabeza y no se de qué modo que al final me di cuenta de esa misma estampa, un andén lleno de gente extrangera para mis ojos son personas que se dirigen a sus casas después de una jornada laboral (decir que eran las 8 o asi de la tarde), y para cualquier xenófobo es.. no se, sitio donde matar, sentimiendo de odio, algo, pero nada agradable seguro. Por eso digo que es algo tán complicado como perceptible. Yo veo personas, el xenófobo ¿"cerdos"?.

Todo esto, me llevó a la conclusión de que los ojos nos engañan. En todo. No solo a los racistas les hace ver eso si no que a los comentarístas de futbol les hace ver dos partidos diferentes. El "jugaron como nunca, perdieron como siempre" o el "no levantan cabeza". Un/a amig@ de muy buena confianza, un/a novi@. Un día más de curro, un día menos para las vacaciones. Un maltratador, el amor de mi vida.

Si yo soy único, si todos somos únicos y no hay nadie igual a nosotros, empieza todo en los ojos. Los ojos nos empiezan a engañar y luego juegan al "teléfono roto".

Saludines.


(Escuchando: Hombres G - Qué soy yo para ti.)

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